Esta obra de Berthe Morisot nos sirve para ilustrar perfectamente el París renovado y embellecido por el Plan Urbanístico de Haussmann (1848-1870) que se acababa de estrenar, y que las pintoras impresionistas no pudieron pintar. En ella, una niña mira a través de una ventana el mundo exterior, aunque la intención de Morisot con esta obra presumiblemente no era reivindicar nada, sin embargo, nos puede valer como metáfora de la situación y condición de la mujer artista en la sociedad de la segunda mitad del siglo XIX, la cual estaba relegada a desarrollar su trabajo en un espacio doméstico; aunque en ocasiones se saliesen de este ámbito para pintar el espacio público, siempre lo hacían desde un punto de vista discreto…
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